tag:blogger.com,1999:blog-91759781646966727602023-11-15T08:45:48.182-08:00Pijama Perdido@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.comBlogger147125tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-16056903916207923202018-08-13T04:48:00.002-07:002018-08-13T04:54:13.698-07:00EpílogoQué sería de mí sin las prisas. Qué. Sin esa sensación de estar llegando tarde siempre. Una y otra vez. “¿Cómo vas? Bien, llego en nada”. Entonces llego. Y me subo al tren. Y toda esa presión que antes sentía en mi cabeza, esa sensación de que el cerebro me estaba a punto de estallar, pasa a ser tan solo tristeza.<br />
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Tristeza y vacío. Hasta hace tres meses coger este tren me llenaba de felicidad, pero desde hace tres meses estas vías llenas de rocas acaban en un lugar en el que ya no estás. Te echo de menos. Te echamos, en plural.<br />
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He estado intentando recoger cada cachito esparcido aquel día, ya me estoy recomponiendo. Hace varias noches que no lloro. Y, sin embargo, aquí estoy, intentando tragarme las lágrimas en un tren destino al mar en cuyas pantallas están poniendo Coco. Una maravilla. Una maravilla que hoy no voy a ser capaz de ver.<br />
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He escrito tantos textos de despedida en este tiempo, he pensado tantas veces en volver aquí y acabar con esto para siempre: el último pijama, el tuyo. En dos días celebraremos mi cumpleaños y la punzada en el pecho será tan grande como aquella mañana de mayo. Esa vez sí que llegué tarde. Y no sabes cuánto lo sentí.<br />
<br />
Siempre imaginé que este sería el final. Y así debe ser. Me queda tu recuerdo. Y a él me agarro con la fuerza con la que te agarrabas tú a la vida en el ocaso de tu existencia. Gracias abuela, por el amor, por los cuidados y, sobre todo, por la resistencia. Seguiremos. Siempre fuertes. Siempre juntas.@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-15287251516805923932018-04-24T13:25:00.002-07:002018-04-24T13:26:36.367-07:00AbsolutoPipas de girasol, el banco del parque. Claro que no era esto lo prometido. Tampoco sé qué esperaba: la cola del paro o las playas de oro. Queda ser diosa precaria a tiempo parcial, sonreír al escuchar la llamada, soñar con que el miedo cambie de bando y no olvidarse de la alegría.<br />
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Para alegría la del hoy ceno contigo, hoy revolución. La del sucede que a veces, la de la vida mata y el amor te echa silicona en los cerrojos de tu casa. La de los reyes que pierden sus coronas, la del siempre es viernes, siesta de verano, la de verte entre la multitud.<br />
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O volverte a encontrar en la universidad, invitarte a carretear. Que se acabara la noche y nos enamorásemos los dos. Andar por la Alameda. Pasar por delante de La Moneda. Allende, los cinco minutos de Víctor Jara, emocionarnos cantando una de Silvio. Que te rías y, en tu risa, yo me vea caer.<br />
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¿Se oiría la lluvia caer si se callase el ruido? ¿Te oiría hablar en sueños? Quizá hasta podríamos hablar, soplar sobre las heridas y entender que aún queda esperanza. Que no hay que dejarse vencer por esos patriotas que se envuelven en banderas.<br />
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Dormirse con Vértigo, llorar con Pequeña Criatura, reír con Tierna y dulce historia de amor, bailar con La extraña pareja y romperse con Recuerdo. Que nunca dejes de contárnoslo otra vez. Que quedan estudiantes con flequillo, que siempre sea aquel mayo francés y que nunca se acaben los días de vino y rosas.<br />
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Brindemos por que seas siempre todavía. Nunca nos gustaron las despedidas.@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-24551959734296745782018-03-05T04:25:00.001-08:002018-03-05T04:27:57.865-08:00Los musos no existenDormir, comer, andar, leer, las Lays Vinagreta, escribir, beber, e incluso sonreír. Sola. Me gusta sola. Me gusta concentrarme en hacerlo bien. Y que salga sola. Es maravilloso. O era. Porque ahora no puedo. No la encuentro. Y mira que he estado tiempo esperándola. Pero no viene. No viene y yo me impaciento. Miro lo que ni siquiera es una página en blanco, doy un sorbo y sigo.<br />
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No, no está. No ha venido. Y así quién puede, ¿verdad? Los musos no existen. Es cierto. Pero, sorpresa, las musas tampoco. Por eso nunca vienen a visitarme. Vienes tú, con tu media sonrisa y el rostro serio. Es mejor así, aunque con todas estas cosas que nos ahogan apenas da para llegar a ser.<br />
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Qué te voy a contar. Me gusta soplar en las heridas, chupar la sangre de los cortes y reírme cuando estoy haciendo enfadar a alguien. Socarrona. Me lo decía la directora. Enfadada con el mundo, no. Enfadada con tu mundo. Con ese en el que todo cuesta más de lo que puedes llegar a ahorrar con un sueldo de mierda.<br />
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No nos dejan ver qué hay allí. ¿Sabes lo que cuesta ir? Apenas te enteras de cómo van las cosas por aquí. ¿Las cosas? La cosa es que suele ser una mierda. Pero da igual. Da igual porque ni siquiera se están dando cuenta.@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-38115621370578314232017-09-28T12:45:00.001-07:002017-09-28T12:45:42.323-07:00¿Para qué esas ventanas?Ni me preguntes. No sé la respuesta. ¿Y sabes qué? Me da miedo saberla. No puedo decir que no te haya echado de menos, igual que nunca podré decir que antes escribía mejor. Al menos, antes, escribía. Y con eso valía.<br /><br />No sé si el dolor inspira, pero el azul sobre negro sí. Me gusta. El azul. Y el negro. También cuando es sobre blanco. Solo quería volver el día que tuviera que despedirme. Ese día en el que estás rota.<br /><br />Estás rota y te da igual. No hay hombro que consuele porque los hombros no consuelan y tus hombros...Tus hombros ya son demasiado estrechos. Demasiada carga. Muchos años.<br /><br />Pero nada que ver. No voy a dejar de hacerlo. A quién no le gusta volver, por mucho que cierre etapas. No nos vamos de los sitios en los que somos felices. Qué más da Canillas que Alvarado.<br />
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Sé que gustan más los otros pero qué le voy a hacer. A mí siempre me llamó la atención el que menos sonreía.<br />
<br />@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-55649211014136255672017-03-05T04:57:00.000-08:002017-03-23T13:34:19.168-07:00¿Cómo llamas tú a los tranchetes?No es el mismo. En realidad no lo recuerdo, pero estoy segura de que ahora mira hacia otro lado. Tampoco es la misma, también ha cambiado. La recuerdo. De las que pesan, de las de antes, de las que después se llevan a la casa del pueblo. No digo nada de nosotros. No digo nada. Y menos de nosotros.<br />
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No consiste en ver la película, consiste en alargar una serie. Para que no termine. Por si termina. Tardaron en poner la segunda parte, tardamos en hacer nuestra segunda parte. Buscan a un pez de otro color, buscamos el final que no se dio.<br />
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Es la misma. Sigue ahí. Entre el camino que va a tu casa y el recorrido que lleva a la mía. Ahora puedo ir andando, aunque hayan tenido que pasar siete años para lograrlo. Las hay que no cambian. Mi cama, mi facultad y mi tú. Todo igual. Y suena igual de feo que antes.<br />
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Dos paradas más de metro, todavía no hay cobertura, yo ya no bebo sangría. Tenías razón. Ha ganado la cerveza. Empezaba contigo y acababa en ti. Siempre fue mejor cuando estabas pero ahora es mejor porque estás.@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-84615256872680943922017-03-05T04:31:00.001-08:002017-03-05T04:31:51.454-08:00De madrugada, pastaHabía tiempo para cocinar, el frigorífico solía estar lleno y las patatas siempre se ponían malas. Daba igual que fuera martes, miércoles o viernes. Daba igual que fuéramos tres, o cuatro, a veces incluso ocho. Nuestra garito favorito era nuestro garito favorito.<br />
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Por cada día de la semana una oferta y por cada bolsa de Lays Vinagreta, una sonrisa. Era mejor cuando no dolía. Eras mejor cuando no lo hacías. Cómo no vas a volver si ya se han cansado de esperar. No le busques el interrogante.<br />
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La casa de los juegos. Los juegos de beber. Las bebidas con alcohol. El alcohol con amigos. Y los amigos, amigos. Se trataba de cuidarse. La hacíamos para quedarnos. Nos quedábamos para hacerla. Atún. Salchichas. Eso aún está por decidir, pero siempre queso en polvo. Sabe mejor así.<br />
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En compañía. Con el tomate frito decorando nuestras mejillas, yendo a clase por las tardes y no escribiendo para gustar. Aunque sea marzo y haga frío. Aunque el timbre nunca sea para ti. Aunque haga ya mucho tiempo que no tenemos pasillo.@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-76450573345455818022016-12-19T14:46:00.002-08:002016-12-19T14:46:47.413-08:00Cuadrar el círculoLa que me enseñaste cuando estaba triste, la que cantábamos cuando volvíamos a casa felices, la que sólo suena en tu coche, la de dormir y la que siempre me recuerda a ti. No va a gustar.<br />
<br />
Tus ganas de encender la luz, las mías de que esta vez funcione, el cojín para respirar mejor, los tapones para no escuchar y la columna de libros sobre la mesilla. No lo quieras entender.<br />
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Quedar a mitad de camino, beber en azoteas, no cogernos de la mano, ver películas en dvd, guardar el saquito de lentejas y jamás olvidar cómo olía ese pelo. No somos los mismos.<br />
<br />
Que vuelvas cuando quieras, que te conviertas en piedra, que te encargues de disfrutar del mientras tanto, que pierdas siempre el primer tren y que se te escape la sonrisa. No voy a dejar de hacerlo.<br />
<br />
El de los mensajes a deshora, la que no podía dormir, el que se quiere quedar, la que corre para dar un último beso y el que suele olvidar el tabaco en el salón. No se puede pedir más.<br />
<br />
Tus pecas, mis lunares, toda esta gente que está alrededor, que haya llegado la hora de decir adiós, no saber, disimular, las cosas que sólo somos capaces de contar. Las que no nos decimos. <br />
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<br />@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-25593385424739766572016-12-01T16:15:00.003-08:002016-12-01T16:15:49.526-08:00Tus puntos suspensivosTodo el mundo sabe cuando está cerca el final. ¿Lo ves? Lo está. Tienes ganas de pasarte, pero no te apetece realizar el esfuerzo. No es cuestión de quedar. Es cuestión de dejarlo estar. Hasta que no lo haces más. Yo conozco las mejores hamburgueserías de la ciudad y tú sigues empeñado en que te sale bien el arroz. No sé. Mamá cocina mejor y a mí tampoco me gusta mentir.<br />
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Mientras recuperamos todo aquello que perdimos, me dio tiempo a perder cada una de las cosas que quise recuperar. No importa. El paquete de tabaco sigue estando en la terraza. Por si lo necesitas. Por si me necesitas. Por si todavía podemos vernos algún día. Total. Esto no ha hecho más que jugarme malas pasadas.<br />
<br />
Quizá tengan razón. Ya no hay tiempo para estas cosas. Quise escribirlo todo a mano, pero me tocó la botella de vino, no el cuaderno. Antes de encontrar al sastre me deshice de todos mis vaqueros, así que se quedó con cada una de mis sonrisas. Mañana. Tarde. Noche. Es posible que no vuelva nunca, o puede que lo haga una última vez.<br />
<br />
Ignoro cuántos lunares tiene, su comida favorita y las cervezas que necesita para quitarse la vergüenza. Ya ves. Estoy dispuesta a ver todas tus películas. Al final nadie vino a arreglarme la luz, pero tampoco me hizo demasiada falta.@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-20780182989615589362016-10-14T17:31:00.000-07:002016-10-14T18:05:43.696-07:00Ciclogénesis explosiva Como la mayoría de las cosas que no hicimos, esta es una más. Pocas personas hay en esta vida que te quiten el hambre y tú eres una de ellas. Tampoco hay muchas con las que no se creen silencios incómodos, supongo que siempre estuve esperando a las que no eran más altas que yo. Mamá siempre me dice que soy normal.<br />
<br />
Así que dijo que no era diferente, pero que tampoco era una más y no pude más que sonreír. Supongo que eso también me recuerda a ti. Si los lunes son viernes y los sábados no son más que fines de semana, dime acaso qué puedo hacer. Ya no tengo domingos entretenidos ni llevas las camisetas que te regalé. La vida es eso que pasa mientras esperas la nueva temporada de tu serie favorita.<br />
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Da igual que estemos solas si ella sonríe y yo bailo a chicos que no nos gustan. Las hay que te cambian la vida y de vez en cuando vienen a echarse un piti a casa. Gafas violetas y una noche de palco en el corazón. Como el día que nos creíamos afortunadas en la terraza de un kebab.<br />
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Dime ahora que no ha quedado bien, que te gustaría saber más de mi o que me echaste de menos cuando te fuiste. No te gustaba estar aquí, pero volviste para decirme que nunca te debías haber ido. Tampoco te escribí tantas cartas e incluso así reconozco haber roto alguna que otra foto. Al menos ya no sabes si estoy hablando de ti, de mí, de ella o de todas las cosas que dejaste para volver. Estás. Supongo que eso es lo que importa.<br />
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Eso, y que hoy esté lloviendo. No olvides apagar la luz del comedor.@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-72801781063068002502016-10-04T15:23:00.001-07:002016-10-04T15:23:04.850-07:00ÚltimamenteTodavía soy capaz de contarte todo lo que no te dije, pero no puedo decirte que seas todo lo que conté. Creía que no podía ser más triste, pero ha resultado ser horrible. Mientras los restos de tu tabaco siguen en mi terraza, la mitad de nuestros recuerdos están debajo del colchón. Seremos capaces de superarnos, aún podemos quedar mucho peor.<br />
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Bastaba con una sonrisa, pero siempre he sido de agachar la cabeza. Si te veo, ni siquiera me muevo. Una pena. Hoy suenan las mismas canciones, continúo con cada una de aquellas series y sigo prefiriendo la Fanta de limón. El resto es una basura, como mi relación con tu colchón.<br />
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No debería hacer falta explicarlo, pero todavía siguen preguntándome por qué. Me gusta quedarme con la cama pequeña, por eso siempre me toca dormir en el sofá. He hecho todas las cosas que dije que no haría y he recordado que a ti también te había olvidado. Quizá sea demasiado.<br />
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Ahora entiendo lo que me contaba. Recoger sus cosas de la habitación, dejar de cenar su comida favorita, leer todos sus libros, saborear cada trozo del último queso que dejó en la nevera, apuntar cada día sin su presencia, guardar los mensajes que nunca le mandó, borrar aquellos que sí que envió y aceptar que jamás iba a obtener respuesta. Cómo iba a haberla. Ni te imaginas lo difícil que resulta saludar a un extraño.@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-34086355399600910962016-09-12T05:35:00.002-07:002016-09-12T05:38:41.927-07:00El que necesitasHay días que por más que quieras, no sale. Es como esa conversación que debes tener para mejorar las cosas. Ya sabes, ésa. La que nunca llega. Lo dejas para más adelante y acabas dejándolo para siempre. Todo es igual que hace doce años. Los peores mensajes llegan en una llamada de teléfono, igual que los amores de verano nunca son más que eso.<br />
<br />
Amores, pero de verano. Ayer sonreías al hijo de la mujer de la tienda de golosinas de tu playa y hoy te vas a otro país a darte cuenta de que sí, también puedes sonreír tu sola. No importa que no haya nadie delante para verlo.<br />
<br />
Ahora cocinas pasta para otra y yo escribo para nadie. No lo voy a saber hasta que no me lo digas. Se ha secado la planta que pusimos en el salón y ya ni siquiera me pongo las zapatillas que me regalaste. Tampoco le busques sentido. Es probable que no lo tenga.<br />
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Tan difícil es lo de irse como lo de no volver, así que hay algunos que todavía están esperando. Otros ni se atrevieron a despedirse. Ni mejor ni peor. No nos gusta lo que hacemos, pero nos seguimos apoyando. Sin cielos de colores ni conciertos de grupos que no conocíamos, dispuestas a seguir intentándolo.@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-2879945979578176952016-07-29T13:20:00.000-07:002016-07-29T13:20:11.776-07:00Helado de vainillaEntre el día de hoy y la noche de ayer me sobraron sonrisas, me faltaron besos y me bastaron sensaciones. Ni siquiera recordaba cuáles eran. Entre su casa y la mía hay un largo camino que me recuerda al que andaba contigo. Y ya no es lo mismo porque no te echo de menos. Lo he pensado. No consigo acordarme de la última vez, así que ahora solo pienso en que llegue la primera.<br />
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Está bien, claro. Cómo no iba a estar bien. Aunque siga contando los meses, aunque la pared estaba más bonita hace un año, aunque era bonito descubrir ciudades de dos en dos.<br />
<br />
Ahora se me cortan más los labios, me brilla más el pelo y tengo la piel más morena. Se me han caído todas tus pulseras. Dejé de escribir de él para hacerlo solo de ti. Y es verdad que el dolor inspira, pero lo he dejado de sentir. Lo hago porque me gusta obligarme, lo hago porque le gusta a mi madre.<br />
<br />
Alguna vez me he preguntado cómo habría sido este año si no te hubieras ido. Y no, en mi mente no es mejor. Hay alguno que se pasea por aquí dentro. Lo ha puesto todo del revés. Ya era hora. ¿Demasiado largo? Creí que te gustaba así. Lo sé. No, no nos damos cuenta pero seguimos esperando a volver a casa para cortarnos el pelo. Madrid no entiende de esto. Solo hablaba del olor. Mejor si lo dejamos así.@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-73190118010088177162016-07-12T16:53:00.002-07:002016-07-13T02:25:15.490-07:00En casa no hay persianasNos sentamos en la terraza del turco de hace unos años. El de cuando éramos felices. ¿Os acordáis? No podíamos borrarnos la sonrisa de la cara y pensábamos en que dentro de unos años estaríamos aquí sentadas hablando de desamor. La mayoría de las veces es así. Estás tan bien que solo puedes pensar en cuando estés mal. Igual que cuando estás tan mal que no puedes ni llorar.<br />
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Hay frases que no se olvidan, sobre todo si las ha dicho un amigo. El kebab de siempre. Y sin tomate. Por favor. Es imposible que después de tanto tiempo no lo hayas logrado. Sonríes. Sonrío. Nos reímos. No habremos olvidado, pero este mes de abril ha sido solo nuestro. Ya lo decía mi madre, hay que bloquear más. Porque hay mensajes que es mejor no recibir.<br />
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Cuando nos acabamos la cerveza volvemos a la misma tesitura de siempre. Que por qué vas a forzar algo que no te sale, que porque es mejor volver a escribir de vez en cuando, que si así no queda bien, que si es mejor cuando sale de dentro, cuando desde el principio sabes que va a ser algo jodidamente bonito. Bonito y diferente. De los que emocionan. Como los mensajes a deshora.<br />
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Ni el dichoso helado consigue unirnos. Además siempre nos contradecimos. Pero es verdad. Esto tampoco va a salir bien. Lo sé yo. Lo sabes tú. Forma parte del relleno, está feo decir que es una más. Todavía no ha habido alguien que sepa explicar el porqué, aunque todos sabemos que es así. Que es verdad. No hay que sentirse mal por ello. Se quiere sin querer. De toda la vida. Querer queriendo no vale la pena.<br />
<br />@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-68031490535381650772016-06-22T17:16:00.001-07:002016-06-22T17:16:28.850-07:00El tubo de los dientesNo lo entienden. Tampoco me apetece pararme a explicárselo. Ni quiero, ni puedo, ni es lo que estoy buscando, solo es lo que me haría cambiar de parecer ahora mismo. Lo que pondría este mundo del revés. Otra puta vez.<br />
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Porque hoy te escribo desde el móvil. Porque hoy no soy capaz de encender el ordenador. Porque mañana me va a costar más ir copiándolo poco a poco que haberlo hecho todo de golpe. Porque sigue siendo mentira. Y porque hay veces que no se puede esperar, porque si hubiéramos esperado un poco mas, lo habríamos perdido todo.<br />
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Hay noches en las que veo a Tony. Me sonríe desde el fondo. Creo que quiere decirme que está orgulloso, aunque le siga debiendo una serie. Le suelo devolver una mueca torcida, un gesto de 'tranquilo, que lo voy a hacer', mientras resuena 'de amor se vive' en mi cabeza. Por eso sigo yendo al mismo garito cada viernes.<br />
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Puedo acabar en cualquier parte, pero siempre me enamoro en ese sitio. Dicen que no lo entienden. Les digo que yo se lo explico. No voy a hacerlo por nadie, solo voy a hacerlo por mí. Dime, para qué voy a quedarme esta noche, si sigo sin ser capaz de dormir.<br />
<br />@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-2572107844780594342016-06-07T16:01:00.000-07:002016-06-07T16:04:26.024-07:00Tiene nombreCasa. Música. Una botella de vino. Pan, fuet y queso. Leo todos sus mensajes. No me apetece contestar. Más mensajes. Puto mundo de la instantaneidad, prefería esperar sus cartas al otro lado del país. Doy las buenas noches a mi perrita, un beso a mi madre y me salgo a la terraza. Quiero escribir, pero no puedo. Hablarte, pero no debo. Siempre hay una preposición dispuesta a ser parte de lo nuestro.<br />
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Cómo puede hacer tanto calor. Igual tiene razón María y es hora de guardar los abrigos, pero no tengo sitio en el armario. Me enciendo un cigarro. El humo de la primera calada al cielo, a modo de suspiro. No hay ni una sola estrella. Mi hermana me pide que baje el volumen de la música. Mañana trabaja. Yo también, contesto. Y hago caso, nunca fui una rebelde. </div>
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Joder, se oye más la película que los vecinos tienen puesta en el patio. La reconozco. Son Diego y Martina. Me hace sonreír. Fumo. Te prequiero, pienso. Menudo ingenio. Es martes, pero podría ser domingo porque es mi día de descanso. Este fin de semana me he enamorado un par de veces. Me gustan los viernes cuando acaban en el bar de siempre y a la hora de siempre. Intento escribir. La apertura del metro indica que es la hora de volver a casa. Lo borro.</div>
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Es una mierda. Sé cuando lo es, pero también si es de la buena. Mierda de la buena. Me gusta llamarla así o la misma mierda de siempre. Me recuerda a mi mejor amigo. La cerveza siempre ayuda, así que supongo que habré perdido facultades. No sé para qué me he comprado este cuaderno si es mejor cuando te lo regalan. Lo cierro. Otro día que la historia se queda sin empezar. Sin sentir. Sin acabar. Otro día en la espiral.</div>
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@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-36941061101016766222016-05-26T15:57:00.001-07:002016-06-02T11:06:43.196-07:00Tu ombligoHay que saber hacerlo. No te quiero, me inspiras. Hay que saber contarlo. No te olvido, me importas. Mientras saboreaba el pequeño triunfo de mi boca sin la tuya, los de mi alrededor hablaban de dignidad. A mí, que nunca he sabido comportarme, que sigo sin hacer lo que debería estar haciendo y que soy más de alcohol que de tiempo en eso de curar las heridas. Dignidad, dicen.<br />
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También dicen que estoy mejor de lo que digo, que lloro demasiado e incluso que no lo he superado. Qué sé yo. Tú no tendrías que estar aquí y yo no hubiera tenido que quemar todas tus fotos. Sabes de lo que te hablo. De las canciones que no escuchaste, las fotos que no sacaste y los mensajes que no escribiste. De lo que no sentiste. Del estoy aquí por ti, pero no me voy a ir cuando te deje. De los cuentos de ayer.</div>
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Ayer. Sí, ayer. Que te vi pero no te saludé. Que te miré, pero no te vi. Que te escribí, pero no lo envié. Que sonreí, pero no fue por ti. Es mi número favorito. Lo hemos logrado. Los he contado. Como los meses. En el fondo tú también sabes que van siete. Puedes llamarme lo que quieras. O mejor: no me llames nunca, que ya tampoco hace falta que me quieras. </div>
@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-84315403505024630362016-05-17T15:45:00.001-07:002016-05-17T16:27:47.854-07:00El de la victoriaFui porque tenía que ir. Tenía asumida la derrota. La tuya, la mía, la nuestra y la de toda esa gente que nos rodeaba. Como quien se presenta al examen de junio para ver qué preguntas le pueden caer en septiembre. Así. Sin presión, pero con esperanza. La de creer en un posible golpe de suerte, la de seguirlo con la mirada por si se da la vuelta, la de los goles en el último minuto.<br />
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Condenados, sin poder hacer nada por arreglarlo, con el nudo en el estómago del primer reencuentro con tu ex, con la tensión del día que tu equipo puede descender y la sonrisa nerviosa del que no sabe qué contestar a la pregunta más fácil del mundo. </div>
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Sí. Nos vencieron. Sabíamos que aquel cigarro era el definitivo. Y te lo iba a haber dicho, pero preferí callarme. Y te iba a haber escrito, pero preferí dormirme. Ha salido el sol y ni siquiera he tenido tiempo de despedirme de la lluvia, del frío, ni tampoco de ti. Esto es solo un hasta luego.</div>
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Da igual dormir una hora menos, que tenga que salir a trompicones o que la vida valga hoy un poquito menos la pena. No importa nada. Solo volver a volver. Saber que estás y que siempre estaré.</div>
@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-88796535057324478542016-05-03T15:57:00.000-07:002016-05-03T15:57:12.952-07:00Mayo y sus pequeñas cosasTenían razón. No voy a hablar de amantes ni de eso de que antes la mala era yo. Tan solo de que es peor para el sol, de lo que cuesta asimilar una decepción o de que las mejores letras nunca las escribo yo. Y es verdad.<br />
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Que deja de doler, es verdad. A unos les cuesta más y a otras menos. Pero pasa, con el tiempo todo pasa. Y te lo dicen y tú no sabes de qué cojones te están intentando convencer si la única certeza que tienes es la de que todas las canciones hablan de él. De su risa, sus labios y su forma de mirar.<br />
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Y en cómo se mueve. Con lo poco que gustan los cambios, en general, y no hay manera de que pare de removerlo todo. Hay veces que sale solo y otras que cuesta. Igual que cuesta aceptarlo. No hay nada más allá de eso. No va a llegar nadie que nos abrace mejor, nos bese diferente o nos haga reír más fuerte. O al menos eso pensamos.<br />
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Así que seguimos bebiendo, besando y riendo. A veces hasta regalamos algún que otro abrazo. De los fuertes. De los de verdad. Y la vida sigue. Como siguen las cosas que no tienen mucho sentido, como se cuece la pasta dentro de una olla de agua hirviendo. Quería decirte que sí, que hoy he vuelto a hacer espaguetis para comer. También había vino y fresas. Sé que nunca te gustaron pero tampoco confiaba en que vinieras.@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-4755223881874559952016-04-18T15:54:00.000-07:002016-04-18T16:12:33.080-07:00MaféDe por qué las cosas casi nunca salen como queremos o lo que nos cuesta aceptar que no podemos hacer absolutamente nada para que nos quieran. De eso hablamos, entre risas, besos, cervezas y abrazos. Soy buena en eso. En eso y en decir que se os ha pasado la edad de ser valientes, que sois demasiado cobardes como para alcanzar un cielo así. No importa el color con el que amanezca.<br />
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Entre cata y cata, hay alguna buena cena de por medio. No te creas que estoy hablando de ti. ¿Quién se come un guiso con arroz a las diez de la noche? Somos de las que se dejan la voz por Sabina en el karaoke, de las que escuchan a Serrano cuando ya no hay lágrimas que derramar y de las que echan la bronca a sus amigas por hacer lo que no debían.<br />
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Eso sí, luego nos encontramos en cualquier bar y decimos, qué coño, cómo va a estar mal hacer algo que sentías. Entonces nos chocamos de frente con la realidad. Y decimos sí, volveremos a llorar, volveremos a beber y volveremos a olvidar. Porque en eso consiste todo esto, en que en unos años ellos sólo serán una historia más que contar.<br />
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Quizá algo por lo que reír cuando nos pongamos a recordar. O quizá algo que nos ponga el estómago del revés cuando lo volvamos a leer. Ya no importa si no me escribes, si me lees o si la vida es una jodida broma que nos pone una zancadilla tras otra para probar nuestra fuerza de voluntad. No existen los finales felices. Pero qué más da. Porque si sonreíste, permíteme la apropiación, definitivamente, no. No cuenta como error. Y eso es algo que no todo el mundo entiende.@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-81520096531119963472016-04-05T15:57:00.001-07:002016-04-07T14:52:43.940-07:00ConmigoCon las manos agrietadas, la piel blanca y los labios cortados. Así aparecí en aquel maravilloso lugar. Y en ese momento, en el que ya no era capaz ni de recordar la fecha de nuestra última cena juntos, el viento comenzaba a soplar más fuerte que en los meses anteriores.<br />
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Es difícil verse en la nada. Tan abajo que ni siquiera parece llegar aire puro. E intentas respirar, pero te sigue faltando oxígeno. La ansiedad te cierra el estómago y las ojeras se convierten en tu seña de identidad. Y sin embargo, acaba dando igual, porque siempre hay personas dispuestas a hacernos sonreír.<br />
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Solo tienes que sentarte en el parque y mirar. De verdad. Los niños siguen saltando en los charcos y haciendo la croqueta en el césped. Pasaba antes y pasa después. No van a dejar de hacerlo simplemente porque ya no esté.<br />
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Porque ya no está y porque ya no es para tanto. No es amor, es cariño. No es echar de menos, es acordarse de alguien. No son sus labios los que sientes al cerrar los ojos, es su sabor mezclado con el de otros que ayudaron a aliviar el dolor.<br />
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En el sitio del que te hablo seguía siendo invierno, pero había dejado de llover. Los chicos se ofrecían a pintarte las uñas y la cerveza, aparte de ser una bebida, alimentaba. Había algo de historia en sus paredes, ciervos en sus parques y focas en sus playas. En el horizonte se mezclaban el verde de sus bosques, el blanco de su niebla y un extraño color naranja que aparecía en el mar.<br />
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Tampoco allí conseguí cumplir mi promesa. Pasé páginas, pero no me terminé el libro. Supongo que ya sé cuál es el final y que, por una vez, me va a gustar eso de dejar algo sin acabar.@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-2186663392700826452016-03-23T17:55:00.002-07:002016-03-23T17:55:39.854-07:00Fue sin creerNo era la terraza con las mejores vistas de la ciudad, eran los ladrillos que se veían al abrir la persiana. No era la mejor cama, era la seguridad de estar pegada a la pared. Ni siquiera eran las ganas, era la necesidad estar allí. A cualquiera se le podía pasar por la cabeza irse a descansar a un sitio así.<br />
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Era como las ciudades con río, los espaguetis con tomate y las patatas fritas con sabor a vinagreta. Era todo lo que te podía gustar a cualquier hora del día. Un domingo de resaca o uno sábado a las seis de la mañana. Sonreír nunca había sido tan fácil. Y es que en eso consistía. Lo malo era darse cuenta después.<br />
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Como cuando ibas de vacaciones a la playa y hacías amigos justo cinco días antes de volver a casa. Era la hostia, pero empezabas a disfrutarlo cuando ya se estaba acabando. Como el último bocado de la hamburguesa. Vas hasta arriba de patatas fritas, pero joder, no te vas a dejar la mejor parte.<br />
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Y justo ahí, se acaba. Y lo único que nos queda es hablar bien de los finales. Con la distancia suficiente, claro. Cuando duele, pero no rabias. Cuando inspira, pero no lloras. Buscarle un adorno a tu juego de llaves nunca fue tan difícil. Volver al autobús y encontrar el libro olvidado fue un punto a mi favor. Será que hay que terminarlo. Con ganas, pero sin quererlo del todo. Así se llega a la última página. Ya sólo quedan dos por terminar.@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-15191897469155514352016-03-07T01:08:00.000-08:002016-03-06T16:08:43.998-08:00Solo una másQuería que fuera ayer, pero ha tenido que ser hoy. Porque al final siempre me dan las doce, porque al final sí que llegó el día siete, aunque poco tiene que ver ya con el veinticuatro. Pongo unos directos frente al Louvre, me llevo el portátil a la terraza y me enciendo un cigarro. El de hoy va por ti, por mí, por el nosotros y por el que regalamos a aquel señor de la calle en las últimas vacaciones.<br />
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Cierro los ojos. Hay caras que he olvidado durante estos años y todavía no he sido capaz de hacerlo con la tuya. Iban a ser dos años. Se lo digo a todo el mundo y es mentira. Tú lo sabes, yo lo sé. No hemos llegado. No hay nada mejor que el principio y al principio no estábamos juntos. Me gustó que fuera así. Me gustaba que fueras así.<br />
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Sigo dando caladas mientras pienso en que esta canción sonaba mejor a mil doscientos setenta y cinco kilómetros de aquí. Y uso letras y no números porque es lo que he estado haciendo desde el principio.<br />
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Nunca me gustaron los cambios. No es que los odie, pero no me gustan. Llegan cuando menos te lo esperas y te dejan con cara de tonta, mirando por la ventanilla de un tren subterráneo que ni siquiera se han molestado en limpiar. Incapaz de decidir nada, encajando el golpe con menos orgullo que el de un niño que pide llorando que le compren una camiseta.<br />
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Le intento dar una más justo antes de apagarlo y me quemo los labios. Tiene que ser así. Ya no hace falta explicación porque hoy ni siquiera hace falta que lo entiendas. Tiro la colilla al fondo de una botella de agua. Debe de ser así. Desde el principio. Tuvo que ser así.<br />
<br />@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-56903931914854561462016-02-23T14:20:00.002-08:002016-02-23T14:22:00.016-08:00Algunas vecesTengo los pies helados y así es imposible dormir. Me recuerda a la primera noche junto a ti, cómo querer a alguien que te da ganas de salir corriendo cuando te acaricia por debajo de las sábanas.<br />
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Mis manos están igual. Los dedos tan fríos que a veces me equivoco al elegir la letra que me toca pulsar ahora. Seguro que esta vez tengo alguna falta de ortografía.<br />
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No hago otra cosa que escuchar canciones en bucle. No hago otra cosa que no sea odiarte en los autobuses, no hago otra cosa que no sea aceptar que se acabó. Que el tiempo pasa para todos y que también ha pasado para nosotros. Y que no importa, porque sigo aquí.<br />
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Que me preguntan por cuánto hace y contesto que cuatro. Y que es mentira, como la mitad de las cosas que digo por aquí, como la mitad de cosas que te enfadaron. Como cuando dije que escribía cosas en las que no creía y me dejaste de hablar. Como los días que llamabas de madrugada.<br />
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Y llego a casa y ella no está. Y paso por al lado de tu casa y no soy capaz de llamar. Y mi casa tiene dos columnas que me mantienen, y sé que tres son multitud, pero es que en ellas he dejado muchas cosas.<br />
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Y bien sabes que ya da igual. Que yo ya no te escribo y tú ya no me lees. Que solo eras el olor que inspiraba, las canciones que escuchaba y la comida que me gustaba. Que echo de menos la lasaña. Pero tú no me invitas y a mí ya no me apetece ir.<br />
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Cierro las puertas y abro la ventana. Puede que haya llegado el día. O puede que no. El invierno está a punto de acabar y he decidido quedarme con el veintisiete, marzo sigue siendo nuestro.@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-3311061464505434442016-02-17T15:05:00.003-08:002016-02-17T15:05:41.428-08:00También esto pasaráClaro que es mejor cuando no cuesta, cuando sale solo, cuando eres incapaz de contener la sonrisa, cuando hay alguien que te mira fijamente desde el otro lado de la mesa, cuando te tomas dos cervezas y escribes todo lo que se te pasa por la cabeza. Y además queda bonito. Y piensas, joder, por qué no puede ser siempre así.<br />
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Por qué hostias no pudo ser siempre así. Porque hoy tengo que decirlo mal para que quede mejor, porque ya no sé si lo va a leer, porque me gustaría que lo estuviera entendiendo. Porque nunca me llegué a plantar en su puerta, porque su puerta había cambiado de número, porque al final la cobarde fui yo y porque no vuelve. Por qué no vuelves.<br />
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Quizá sea algo que nunca entenderé, quizá estábamos equivocados, quizá venga mañana o quizá me llame de madrugada. De madrugada le dio por reaparecer la primera vez, igual que la última vez que hablé con él. Recuerdo que me preguntó que cuándo volvía y volví para decirle que nunca me había llegado a ir.<br />
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Tan solo me había quedado allí, mirando a toda esa gente que había a mi alrededor. Demasiado pronto como para quedarme, demasiado tarde como para llegar.@martagrihttp://www.blogger.com/profile/07815330833814973730noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9175978164696672760.post-67254443008122552242016-02-11T15:43:00.003-08:002016-02-11T15:43:32.222-08:00Fumando lágrimas, llorando caladasEste mediodía ha salido el sol y he decidido comer en la terraza. A veces cuesta. Es la eterna despedida. Que sí, que te prometo que esta es la última vez que nos vemos. Que sí, que de ésta no pasa que te empiece a odiar. Si ni siquiera ha habido beso, cómo va a haber sentimiento. ¿Acaso no era así?<div>
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Siempre te consuelan con las mismas frases, siempre te consuelo con las mismas palabras. Ambos sabemos que es la misma mierda de las veces anteriores, pero también que es una mierda que acaba pasando. Un día te levantas y apenas te duele. Otro día te acuestas y es la primera vez que lo piensas.</div>
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Que no hay peor trago que el de la saliva del momento en que te dicen que no sienten lo mismo, que no hay mayor pena que la que sientes cuando vienen a casa a recoger sus cosas, que no hay peor noche que esa en la que por fin consigues dormir y no deja de aparecer en tus sueños. </div>
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Y al final ni siquiera es eso. El tiempo nos deja el recuerdo de ellas, pero esas sensaciones nunca vuelven, por eso parece que lo nuevo siempre es mejor, que decía Barney. Aunque lo nuevo también acabará siendo la misma mierda de siempre. </div>
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¿Y sabes qué? Que no pasará nada. Volveremos a beber, haré macarrones para comer y el viento seguirá soplando allí fuera, tiñendo el cielo de otros tantos colores. Pero tú tranquila, que ahora no es momento de elegir el nuevo.</div>
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