jueves, 2 de febrero de 2012

Poco y todo.

Cuando dejé de ser pequeña y empecé a ser mayor, además de mi madre encontré dos figuras importantísimas en mi vida, a las que estaré eternamente agradecida y a las que mi amor por ellas llega a unos límites increíbles.

He tenido la suerte de nacer rodeada de personas buenas y con un corazón inmenso, que me han querido, cuidado, protegido, defendido, apoyado cuando más lo he necesitado. Creo que llega hasta tal punto que una de las decisiones más importantes de mi vida la tomaré con ellos de testigos.

La suerte de tener unos abuelos que hicieron que naciera mi madre y sus hermanos para cuidarnos y pretegernos a todos, para enderazar nuestros caminos y ocupar el lugar que otros dejaron. Por lo importantísimos que son, espero compensar algún día todo lo que han hecho por mí.

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