sábado, 29 de octubre de 2011

Ahora ya no.

Lo dejamos pasar, lo dejamos pasar, y al final, pasó. Supongo que no nos importaría demasiado que ocurriera porque nadie hizo nada por evitarlo. Simplemente caimos en ello y todo se acabó, se destrozó, se hizo pedacitos y ya no queda absolutamente nada.

También supongo que si nos importó demasiado que no pasara es que no merecía la pena que esto siguiera hacia delante. Y asi fue que se acabó. Por otra parte, tampoco hemos hecho mucho por recuperar esto, asi que simplemente se asume. Yo ya lo he hecho. Mi mundo es otro. No es ese, ya no.

Ya no porque como ya he dicho muchas veces aqui, hay veces que las relaciones se rompen sin saber muy bien cuando ni por qué, pero se rompen. Se acaban. Ya no hay tiempo, ya no es confortable, ya no me rio, ya no hay nada que me una a esto. Nada en absoluto.

lunes, 24 de octubre de 2011

Pienso

Si yo sé que me ciego, pero luego me paro, pienso y reflexiono sobre si algo de lo que he hecho, dicho o escrito, está bien o está mal. Lo hago siempre y cuando me he equivocado, rectifico, y con muchas más facilidad cuando se trata de algo relacionado con alguien importante en mi vida.

Sinceramente, y después de pensarlo en estos meses, no creo que nada de esto esté mal, no pienso que esté mal escribir lo que siento. O contar cualquier historia inventada. Por supuesto no me voy a disculpar por expresar lo que llevo dentro.

Tal vez sería mejor decir las cosas a la cara. Pero todos sabemos que la mayoría vamos de auténticos y de "yo digo las cosas a la cara" pero no es así, ni mucho menos. No os lo creeis ni vosotros. Cuando nos conviene, nos callamos, tragamos y aquí todos felices y contentos. Esto es.

sábado, 15 de octubre de 2011

Nuestros abuelos

Hoy he visto una de esas cosas que remueven por dentro, no de rabia, de ternura. Por un lado, cabello rizado, totalmente blanco de años, de sabiduría. En esa edad en el que el cuerpo deja de crecer y empieza a menguar. En el que los pasos que se dan vuelven a ser como los que se dan cuando tienes apenas dos años: cortos, buscando el equilibrio, aguantando tu cuerpo, esforzándote por hacerlo.

En el otro, pelo moreno, rostro jovial, conservando esos rizos que se heredan de generación en generación. En esa etapa de la vida en la que todo es disfrutar y en la que en lo menos que piensas es en pasar tiempo con los que verdaderamente te quieren, con los que no te van a fallar nunca, con tu familia.

Me ha conmovido ver como le peinaba los cabellos, como seguramente haría ella cuando la joven apenas era una niña. Como le acariciaba la cara, como parecía animarla a seguir viviendo. Como le demostraba todo su cariño, todo su amor. Y me ha conmovido, sobre todo, por ver que en esta sociedad todavía hay jóvenes que cuidan y se molestan en ir a ver a aquellas personas que más les mimaban cuando eran críos, cuando apenas podíamos andar, cuando nos iniciábamos en esto de la vida.

Chocaban dos generaciones, la que se encuentra en la mejor época de su vida y la que está llegando al final de ella.

viernes, 14 de octubre de 2011

Normalidad

Sales de casa, te metes al metro. Móvil, cascos, música. ¿Que no hay asiento? Pues te quedas de pie. ¿No tienes donde agarrarte? A lo mejor te caes. Bajas, escaleras arriba, escaleras abajo. Subes a otro. Dos paradas, llegas. Muy rápido, demasiado tal vez.

Universidad, clases, comidas en el taper, amigos, amigas. Vuelta a casa, metro, llamadas por teléfono. Otra vez, día tras día. De lunes a viernes, de lunes a domingo. El tiempo trascurre minuto tras minuto, a veces se disfruta más y otras veces menos. Y no es fácil nada de esto, pero es lo que quiero y lo que he elegido.

Hoy he pasado de vivir deprisa para llegar pronto, a llegar demasiado rápido. Hasta a veces me he quedado sentada y me he pasado la estación. Fallo técnico. No puedo negar que vivo mucho más relajada, tranquila, menos sobresaltada, tal vez hasta que vivo mucho mejor. Todo se ha vuelto ha transformar. Sin embargo, hay algo que no ha cambiado, es tu asencia, eres tú, es que te echo de menos.

viernes, 7 de octubre de 2011

Volver a empezar, otra vez

Esto es como volver a empezar de nuevo, y por lo tanto, no es fácil. No tengo tema para hoy o tal vez si, no tengo ni idea. Lo que sé es que ya tenía ganas de volver a escribir.

Me habría gustado mantener la actividad durante todo este tiempo y haber podido expresar todas esas sensaciones, pero ya es tarde, las he perdido. Me cuesta poco olvidar. Es mentira. No quería mentir. Quizá sea una de las personas más rencorosas del mundo. Sí, ese es un rasgo de mi personalidad. Sin embargo, esas sensaciones las he perdido, ya no están, por lo que ya no puedo trasmitirlas.

Como bien dijo uno de mis amigos, a las personas que no te aportan nada hay que quitarlas de en medio. Pues a las sensaciones o sentimientos también. Lo intento y lo suelo hacer. Igual que hoy, no estaba especialmente inspirada para escribir. Pero tenía ganas, asi que ¿por qué no hacerlo? Total, tampoco me lee gente importante.