Y es que nunca me gustó hacer las cosas porque me convienen. Igual que tampoco me gusta saludar a algún imbécil solo porque en el futuro me pueda ayudar. Creo que es un poco esto, ¿no? Que yo no sé poner buena cara a las personas que no me gustan. A veces lo he hecho, sí, pero me queda muy forzada.
A otros, sin embargo, les encanta eso de hacer que todo va bien, que por ellos no se han torcido las cosas. Aparentan ser tan perfectos que hasta se les ha olvidado que los que pisaron el castillo fueron ellos. Incapaces de tener emociones en privado, pero los más cariñosos cuando hay veinte personas mirando. No sé si es casualidad, pero sigo empeñada en mi ejemplo a no seguir, que es mucho más útil.
A otros, sin embargo, les encanta eso de hacer que todo va bien, que por ellos no se han torcido las cosas. Aparentan ser tan perfectos que hasta se les ha olvidado que los que pisaron el castillo fueron ellos. Incapaces de tener emociones en privado, pero los más cariñosos cuando hay veinte personas mirando. No sé si es casualidad, pero sigo empeñada en mi ejemplo a no seguir, que es mucho más útil.
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