Durante el verano menos verano de toda mi vida, mi piel estaba más blanca que nunca, las sandalias seguían haciéndome daño y en mi habitación sonaba la música de siempre. Me volvieron a regalar una camiseta de Raúl, colgué una tarjeta de felicitación en la pared y esperé que alguien me hiciera compañía durante mi cumpleaños.
Durante este verano de mierda he sabido que los amigos son cada vez menos, he recordado con cariño a amigas del pasado y he sonreído cada mañana al acordarme de la que fue una de las mejores decisiones de mi vida.
Me quedó tiempo para ir a un partido de fútbol, conocer Las Rozas, visitar Budapest y acordarme un poco de él. De que es una mierda no tener vacaciones, pero que todo es mejor desde que llegaste.