En un día como el de hoy, sólo se me ocurre una forma de transmitir lo que siento, lo que añoro, lo que me gustaría estar haciendo en este momento. Por supuesto, no encuentro mejor forma de hacerlo que escribiendo. Siempre fui una excelente ahorradora, mi obsesión por tenerlo todo controlado me ha llevado a ello. Es por eso que cada año saco dinero de la hucha y lo invierto en ti.
Lo invierto en ti, no sólo en un día como hoy, creo que eres la persona en la que más invierto. Invierto en tu felicidad, en esa sonrisa que te sale en el momento en que ves un regalo, en la frase que repites siempre: ' no tenías que haberme comprado nada'. Sí que lo tengo que hacer, todos los pequeños detalles contigo son insuficientes para devolverte lo que tu me has dado y darás en lo que me queda de vida.
Cuidarte es una de mis misiones en la vida, bastante has pasado, ahora sólo toca felicidad. La que sentimos cuando estamos juntas, cuando me llamas por teléfono noche tras noche, cuando vamos juntas a cada concierto o cuando pasamos la tarde frente a la televisión viendo fútbol y comiendo patatas fritas. Esa felicidad que me transmites cada vez que lo necesito, la que sólo me das tú, la de madre.
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