Todos me miran y yo no sé qué coño les pasa. Quizá hoy tengo cara de haberme levantado acompañada, o tal vez sea el enorme grano que decora mi cara. Qué más da. Creo que tu jersey me sigue quedando bastante bien.
Él me pregunta si quiero y yo le contesto con ese mismo verbo. Porque sí. Porque suena bonito. Mucho más que el si te apetece. ¿Te acuerdas? Es de cuando me enseñaste que era mucho mejor ser el presidente de la República de los Magos que de Reyes. No sabes lo que me gustó.
He dejado de soñar contigo para hacerlo con el chico que me emocionó tocando en uno de los vagones del metro. Con él y con muchos más. No me acuerdo de cómo besas. Marzo. Te sorprendería saber el número. Igual que a mí me sorprendías al hacerlo. No hace falta que preguntes el qué.
Dicen que las personas vuelven justo en el momento en que las olvidas. Yo todavía estoy esperando. En serio, los hay que creen que si algo se acaba, no merecía la pena. No han entendido nada. A lo mejor fueron siete. ¿Acaso no sonreímos lo suficiente? Y con mucho gusto.
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