No sé si no tener tiempo es bueno o malo, pero el caso es que no lo tengo. No lo tengo para esto, mucho menos lo tengo para ti. Y no me importa, el día que lo tenga escribo, el día que lo tenga para ti, probablemente elija no tenerlo. Porque sinceramente prefiero que todo siga así, entre tú y yo, lo justo, como acordamos en su momento. Como tenía que haber sido siempre.
Soy una persona difícil, te puedo sonreir mil veces y darte algún abrazo si lo necesitas, y sin embargo, puedes seguir sin significar absolutamente nada para mí. Tengo mi barrera y no es fácil superarla. La vida me ha enseñado a eso. Me puedo llegar a llevar muy bien contigo, reirme, consolarte, e incluso alguna vez, como no, has llegado a darme pena.
Has llegado a darme pena porque si vieras tu situación desde fuera te darías cuenta de lo que la vida ha hecho contigo, en lo que te has convertido. Es increíble lo que pueden llegar a cambiar las personas, y tú lo has hecho. Demasiado, tal vez. Nunca lo sabremos.
Sin embargo, hoy sé que no tengo por qué sentir pena por ti. Tienes lo que te mereces, lo que tú te has buscado. Te lo has ganado a pulso y lo has conseguido. Por mi parte, yo seguiré con mi barrera, prefiero ser así. Por la tuya, enhorabuena, te has ganado no tener a gente como nosotras a tu lado.
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