miércoles, 10 de octubre de 2012

Capítulo III

¿Cómo te das cuenta de que las cosas han cambiado? Que ya nada es lo que era, que no hay confianza, ni complicidad, ni nada que merezca realmente la pena. Cuando todo se transforma, te has ido de esa vida, ya no estás cómoda, no eres tú, no es tu mundo, no entras en las conversaciones, solamente piensas en que pintas allí.

Pues te vas, no te queda otra, y lo peor es que no hay nadie que quiera retenerte, eso sí que no te lo esperabas, ¿verdad? Pues acéptalo, no les importas una mierda, coge tu nueva vida por los cuernos y disfrútala. Después de valorarte, después de saber que los que salen perdiendo son ellos, y ellas, y todos, entonces encuentras a personas de verdad.

Las personas de verdad están ahí cuando las necesitas y cuando no también. Tus personas, tu mundo, tu vida, tu realidad no es otra que ellos, los que te hacen reír cada día y los que te aguantan los malos humos. Empezando por ella y terminando por ellos.

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