¿Sabes una cosa? Me importa poco lo que pienses de mi, mucho menos si te caigo bien o te caigo mal. Me da igual, te saludo. -¡Hola!. ¿Ves? No me cuesta nada. Me cuesta muy poco verte, saludarte e incluso sonreirte. ¿Por qué? Porque me das igual, en serio, en cualquier red social de las que formo parte, tengo más de cien 'amigos' y tú, tú, y también tú, eres uno más entre todos ellos.
-¿Qué tal? -Bien. Sigo hablando, da igual, no vamos a caer en nada profundo, no merece la pena, tu tienes tu vida, yo tengo la mía, él la suya...Cada persona elige a las que tiene a su alrededor, a las que quiere tener un cariño, a las que cree que en ellas puede confiar. A ti te tengo en una red social, puede que en dos, o incluso en tres, hay muchas. Pero no te engañes, no te tengo en mi vida.
Y seguimos hablando, riendo, pasándonoslo bien. Llego a divertirme. Pero no, no me aportas nada, no te aprecio, me interesa bien poco lo que te haya pasado en los últimos días, aun así nos podemos preguntar, que más da. Yo sé cosas de ti, tú sabes cosas de mí, a esto hemos llegado. No nos conocemos en absoluto, pero nos saludamos, nos sonreimos, hablamos, a veces por compromiso, pero lo hacemos.
Y sigo saludando a gente 'que conozco', sonrío, ¿ves? No me cuesta nada. Y aunque luego nos saquemos la piel criticándonos los unos a los otros, podemos llegar a ser tan falsos como para pararnos a hablar un rato. Sin embargo, no vamos a mentirnos, puedo sonreirte en cualquier momento porque no eres nadie, si lo fueras no podría sonreir siempre. No formas parte de mi vida, porque en la vida no todo es sonreir.
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